Estos últimos años se me ha dado por crecer árboles, esos que están en el fondo de lo que vemos y conforman el entorno aburrido que pasamos por alto todo el tiempo. A veces solo nos percatamos que estaban ahí el día después que pasó el camión de la municipalidad y dejó un espacio vacío.
El Roble europeo (Quercus robur), de la familia de las fagáceas es un árbol de gran porte y longevidad (el rey del bosque según David Attenborough) que se encuentra ampliamente distribuido por todo el mundo como árbol ornamental.
A finales del verano suelta sus bellotas, semilla contundente del árbol y tenemos la oportunidad de plantarlas, para eso no hay que demorar en recogerlas porque se deshidratan con rapidez y pierden su capacidad germinativa.
En el ciclo natural, las bellotas caen al suelo y quedan protegidas debajo de las hojas, enseguida germinan y sus raíces se adentran en la tierra a lo largo del otoño e invierno y el tallo no surge hasta la primavera (en general).
Siguiendo ese esquema, luego de recoger las semillas, primero las sumergimos en agua y descartamos las que floten, solo las que se hunden garantizan buena germinación.
A continuación debemos rehidratarlas en agua (de la canilla mejor aprovechando un paso de higenización con el cloro residual) por 24 horas. Podemos probar lavarlas o incluso enjuagarlas con un poco de detergente para remover la película externa de la semilla que puede venir con hongos. Posteriormente las incubamos en un colchón de turba húmeda dentro de un tupper a temperatura ambiente.
Con el paso de los días iremos revisando la turba encontrando bellotas germinadas con una pequeña raíz emergiendo de uno de sus polos, a éstas debemos sembrarlas en una maceta o contenedor que sea profundo. La bellota tiene que estar cerca de la superficie o sobre ella, de lado o vertical con el extremo aguzado (por donde emerge la raíz) sumergido. En cuanto al sustrato, parecen no ser muy exigentes y germinan casi en cualquier medio. En lo posible con buen drenaje y evitar compost muy crudo, que puede albergar huevos de lombriz y sus larvas pueden crecer alimentandose del contenido nutritivo de la bellota perjudicando y matando los plantines.
El resto del trabajo anual es vigilar que no se sequen las macetas, tarea que parece sencilla pero que fácilmente podemos pasar por alto (sabrán la diferencia entre el entusiasmo a corto plazo y el compromiso a largo plazo). A principios de la primavera podremos ver los tallos extendiendose y las hojas expandiendose con mucha rapidez, aunque todavía hay peligros y es muy probable que muchos mueran sin explicación. Es por eso que debemos plantar bellotas en exceso a fin de asegurarnos una cantidad mínima de sobrevivientes.
Uno de los problemas que podemos prevenir con facilidad es la infección fungica, los hongos forman manchas circulares blancas en las hojas y se detiene el crecimiento, se puede prevenir con cualquier fungicida.
EDIT: Un año después estoy haciendo unos retoques y reevaluando los resultados de la siembra.
Como siempre, muchos en ausencia de cualquier circunstancia observable, murieron. Sin embargo tuve tantos que anduve regalando. El mayor éxito lo tuve con un plantin robusto que nació en primavera (buena genetica) y transplanté rapidamente a un contenedor profundo de diez litros, el medio tenia algo de vermiculita, tierra negra, compost y turba.
El mayor problema fue el estancamiento de las raíces, parece que los robles envían una raíz muy profunda y estando en macetas pequeñas o vasos altos de plastico de 1lt, sus raíces terminaban retorciendose en el fondo o atravesaban el plástico.